sábado, octubre 21, 2006

El incomprendido (¿humor?)


Un hombre desolado entra al consultorio de su psicólogo. Después de los respectivos saludos comienza la sesión.
-Paciente: Óigame doctor. Estoy harto, nadie me escucha, no hay quién me entienda. En todo momento siento que estoy hablando con paredes, yo no sé si soy yo el boludo que no sabe hacerse entender o todos son unos idiotas infelices que no captan una sola idea.
Escuche lo que me pasó la semana pasada. Resulta que tenía una entrevista de trabajo en una empresa del centro. Inexplicablemente me quedé dormido y desperté a media hora del horario acordado para la entrevista. Como usted sabeyo vivo en las afueras de la ciudad, por lo tanto se me iba a hacer imposible llegar a tiempo en colectivo o en tren, así que me pedí un remís. Y acá está la cuestión, ¿Me escucha? Me subo al auto y le digo: "A Leandro Alem y Córdoba, microcentro por favor", el remisero me respondiómuy amablemente con un cordial "como no, caballero". Entre charlas del tiempo y otros temas sin sentido, me desconcentré del camino que estabamos tomandohasta que el chofer me dijo: "Bueno maestro, ya llegamos, son 25 pesos con 75 centavos", apurado, le pagué y agradecí la rapidez del viaje.
Y esto es lo increible doctor, escucheme. Cuando quise encontrar la dirección, me di cuenta que estaba en Rivadavia y Pueyrredón, pleno barrio de Once doctor. ¿Cómo se explica esto? Ese tipo del remís es un infradotado de alto nivel. Yo ya no me lo explico. Nadie me entiende. Nadie me escucha.
Sin ir mas lejos, ayer estube media hora diciendole al kiosquero que yo lo que quería eran cigarrillos, no chicles, ni diario, ni gaseosa, ni nada de todo lo que me quiso ofrecer.
Entonces dígame doctor, ¿Cómo se entiende esto? ¿El problema soy yo, o lo son los demás? ¿Eh, doctror? Dígame porque no lo logro entender. Nadie me entiende. Nadie me escucha. Usted ¿Que opina?
-Psicólogo: Bueno, mire, esto no es así nomás. La pérdida de un familiar no es fácil, hay que asimilarla. Se debe respetar el periodo de duelo.
-Paciente: ¿De qué duelo me habla? Yo no perdí ningún familiar.
-Psicólogo: Perdóneme, ¿Me podría contar qué le pasa? No logro entender por qué esta usted así tan alterado.

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