miércoles, diciembre 27, 2006

Vida


El día comenzó, los primeros rayos de sol aparecen por detrás del horizonte, su resplandor cubre parte del cielo con una escala de colores entre el rojo y el amarillo que enamoraría a cualquier pájaro. El cielo es un gran manto de agua celeste, nada interrumpía su gran esplendor ni manchaba su belleza. La tierra parecía árida y virgen, por lo visto no había llovido hace ya varios días; el océano era tan calmo como la tierra, el bosque en su totalidad verde, repleto de árboles grandes, de bastantes años parecería, el pasto se movía levemente gracias a la brisa cálida proveniente del oeste.
A esta altura no se registraban rastros de vida, la madre naturaleza parecía no tener la necesidad todavía de concebirla.
Muchas horas después, el sol ya caía, y el cielo seguía sin presentarse interrumpido. Lentamente la luz iba cayendo y las sombras se agrandaban hasta quedar una sola que cubría todo. El lucero blanco comenzaba a asomarse, y lo escoltaban unos monstruos grises, monstruos que parecían estar cargados de rabia e ira.
De repente, envuelto en mantas esponjosas, abrí los ojos y me di cuenta de que estaba vivo, y todo alrededor habían otros como yo, todos iguales, y mirándonos entre nosotros nos damos cuenta que cada vez nacían mas de los nuestros.
A partir del nacimiento, tenemos una corta etapa de incubación, en la cual nos cuidan y nos alimentamos en exceso para salir grandes a rondar por la “vida”. Después de esta etapa nos liberan, pero tenemos muy poco tiempo para hacer lo que queramos, después de un tiempo llegan las obligaciones y te tiran la libertad a la basura. El tiempo libre lo utilizamos para vagar por lugares desconocidos, intentando conocerlos, pero es en vano si al final los abandonaremos. También utilizamos parte del tiempo libre en civilizar, todavía no encuentro el significado de esa palabra, será que es lo único que es lo que logra hacer que te recuerden cuando ya no estés, pero ¿de que sirve que te recuerden cuando no estás?, y en definitiva quien te recordara si todos alguna vez se irán contigo... . Gran parte del tiempo la ocupamos en crecer, nunca descuidando nuestra alimentación, muy importante para sobrevivir.
Cuando termina esta etapa entramos en la primer parte de la etapa de capacitación, en la cual nos enseñan todo lo fundamental que nos servirá para pasar a la segunda parte de la etapa, son las bases del conocimiento. La segunda parte es más específica y nos da los conocimientos para sobresalir en la vida. Esta etapa toma la mayor parte de nuestras vidas y según dicen, nos servirá para el futuro.
La siguiente etapa de la vida es la de las obligaciones, esta etapa fundamentalmente trata de fijar un destino, un fin para la vida. Uno trata de abocarse en una actividad y progresar en ella, siempre con situaciones altas y bajas. La religión y el amor en nuestras vidas prácticamente no sirve, son cosas que roban tiempo en la vida que podrían ser aprovechados en otras cosas de mas provecho. Mucha gente las practica y en sus últimos momentos se arrepiente de ello.
En fin, la última etapa es la mas frustrante, cuando uno termina de estabilizarse, cuando uno empieza a concretar sus sueños, a asentarse en un lugar cómodo, a fijar un destino, se arruina todo y comenzamos a caer al vacío. Uno empieza a caer y caer sin poder agarrarse de nada ni de nadie. Uno va viendo como cae y a su alrededor caen cientos más como él, y se empieza a maldecir por haber empeñado etapas de su vida en algo que al final del tiempo terminaría tirado por algún lugar del quién sabe dónde. Y comienza a imaginarse como hubiese sido su destino si hubiese optado por otra forma de vida, si hubiese hecho las cosas de otra manera. Y lentamente mientras recuerda sus momentos más felices larga pequeñas lágrimas de dolor, pero no cualquier dolor, dolor en sus sentimientos, el dolor mas fuerte de todos los dolores que puedan existir jamás. Y así, mientras recuerda, lamenta y llora, nota que se va desintegrando con el tiempo y ve cómo el final se acerca, y por su cabeza pasan como fotos, momentos de sus diferentes etapas vividas, y de pronto todo oscurece.

Finalmente el cuerpo cae sobre la vereda de la calle central y se reparte en mil gotas que saltan en todas direcciones formando una diminuta mancha de agua.