miércoles, octubre 03, 2007

Des-construcción

Él es un tipo que cree que la vida es un malicioso chiste, que es trágicamente cómica, o humorísticamente trágica. Por lo menos, eso es lo que solía creer.

El tema es que está tan cambiado… tan diferente, pero a la vez tan igual. Esto es, cuando está acompañado es el mismo de siempre, el que en todo momento quiere sacarte una sonrisa por el solo placer de verte reír, el que busca el lado positivo de todo por más desastroso que sea, el que acude cuando lo llaman. Pero, cuando está sólo ya no es el mismo. Es que tiene tanto miedo. Miedo a quedarse solo, miedo a no lograr sus objetivos, miedo a no ser entendido, miedo a volar, miedo a viajar… miedo a morir.

Hasta hace un tiempo, solo me bastaba mirarlo a los ojos para convencerme de que todo estaba bien, que no había nada de que preocuparse. Pero ahora no es lo mismo. Lo veo entrar al subte y no lo distingo de los demás, cambió su risa por cara de entierro. Ahora lo veo lo noto tan cansado, tan disconforme de su cara, de sus ojos, de su pelo, de sus manos… de su ser.

Cómo quisiera que las cosas fueran mucho más claras para él, que no se sienta tan solo, y que pueda a volver a confiar en si mismo. Así, podré volver a reír con él, cuando nos encontremos en el espejo.



Texto viejo