domingo, noviembre 19, 2006

Hoy puede ser un gran día


Amanece, que no es poco, y él está sentado en la cama con las piernas cruzadas y sus ojos cerrados. Talvez esté planeando lo que tiene que hacer hoy, o quizás esté agradeciendo por lo que vivió ayer, o simplemente, agradeciendo por hoy haber podido despertar. Solo él lo sabe.
Abre sus ojos, indicando que un nuevo día comienza, lleno de intrigas y de sorpresas. Dibuja una sonrisa en su rostro, burlándose así de lo que el día de hoy le depara a su vida, y se levanta.
Abre la ducha, entra, cierra la ducha, sale; la actividad más rutinaria de nuestras vidas en un abrir y cerrar de ojos. Una vez reanimado por el agua, se dispone a tomar un reconfortante café.
Se sienta en su sillón favorito, y a medida que levanta la taza hasta apoyarla sobre sus labios, él va previendo las cosas que hoy tiene que afrontar. Algún que otro dilema en el trabajo que acarree hacerse mala sangre, alguna que otra influencia en el stress. Que hoy la demora del tren es mayor que la habitual. Que ese libro que empezó hace una semana, a pesar de mantenerlo atrapado, le resulta interminable, y hasta cierto punto tedioso. Que ya está cansado de comer pizza y empanadas de rotisería, y se plantea seriamente cocinar algo el mismo. Que por más que trate de disimularlo, se siente solo, abandonado; y se encierra en esa soledad como disfrutando de la tristeza y de la música lenta. Porque en cierto punto, todos somos en cierta medida así; cuando nos cortamos, nos gusta tirar un poco de sal en la herida, porque, si podemos tolerar el dolor de la sal, más podemos tolerar el dolor de la simple herida. Un poco de sufrimiento para sentirse realmente vivo.
Y en esos pensamientos va premonizando su día, y cuando la taza esta a punto de vaciarse, piensa en que talvez Serrat tenga razón, y hoy pueda llegar a ser un gran día y que, pase lo que pase, a la noche él va a estar sentado nuevamente en su cama, con las piernas cruzadas y los ojos cerrados, pensando en lo que tuvo que hacer hoy, o talvez agradeciendo por lo que hoy vivió, o, quizás, pidiendo para mañana poder despertar.
Solo él lo sabe.

2 comentarios:

Tarambana dijo...

Bueno... lo que está dentro del ojo es el escudo de Republica Dominicana... me constó un montón meterlo ahí adentro y quedó un mamarracho... pero bueh... las fotos van decayendo.
Este texto lo escribí en base a mi Brother dominicano... un abrazo...

About Nada dijo...

Los 2 últimos textos muy buenos, ahora cuando entre al blog te agrego en amigos.
Un abrazo!
P.D. : aguanten las mellisas de Guada!